Páginas

marzo 23, 2012

Gratitud


En las últimas semanas hemos recibido en el colegio en que trabajo a un grupo de alumnos americanos en un programa de intercambio, a un profesor de un centro de formación de Finlandia, a estudiantes suecos, a directores de un colegio del norte de España, a padres para los que hacemos jornadas exclusivas de puertas abiertas, a otro colegio nacional...y además hemos gestionado nuestro día a día más rutinario. Alguien me preguntó sorprendido cómo hacía para mantener siempre la sonrisa (o casi siempre) ...a lo que yo sonreí aún más... 

Ahora mientras escribo esto estoy en la estación de Atocha en Madrid esperando coger el tren para llegar a Pamplona a la inauguración de la exposición Kukuxumusu Relocated fruto de la imaginación de un amigo/artista genial y además me entero de que Andreu Buenafuente también va y quizá incluso el mismo Eduardo Punset al que acabo de ver llegar a la sala de espera de la estación. En este momento también sonrío. Entre medias de estos eventos he tenido la oportunidad de conocer a alguien especial y disfrutar con él de un día de moto cogiendo curvas, viendo paisajes estupendos y sintiendo la libertad del momento. Y entonces también sonreí. 

 Y mi sonrisa es verdadera. Y es que mi sonrisa es fruto de la gratitud. Me sale. No puedo evitarlo, porque cada día encuentro la vida más apasionante. Quizá te parezca muy duro que muchos días me levanto a las 5.30, que los días de 12 horas seguidas de trabajo en los que tengo dudas de si tendré fuerza para conducir de vuelta a casa cada vez son más frecuentes, que por la noche aprieto tanto la mandíbula que se me está paralizando un lado de la cara, que mi vida social no es un ejemplo como modelo porque muchos fines de semana estoy trabajando a lo que añado la frecuente soledad de los viajes o de una casa de soltera. Pero aún así, cada minuto de esos merece la pena porque me permite disfrutar de otros momentos plenos de la vida.

Este artículo es algo distinto a los que normalmente escribo y a lo mejor te parece hasta demasiado happy happy, si es así espero que el próximo te guste más. Pero hoy desde mi corazón tengo la necesidad de gritar gracias. Gracias a alguien que quizá sea el universo o quizá una energía o un dios. Gracias por permitirme vivir de forma emocionante cada minuto de mi vida.

Y tú, ¿te has parado ya a pensar cuántos motivos tienes para estar agradecido?

¡Que tengas una feliz semana!

Paloma