Es un momento emocionante en mi vida. Cambios y cambios que
empezaron en el último trimestre del 2011 y han continuado en 2012. Cambios
necesarios y otros cambios planificados. Mi cara es de susto. Hoy me he
levantado pensando cómo es que estando en este momento en que estoy, en el precioso camino
de perseguir mis sueños, se me está olvidando sonreír, pasarlo bien y
divertirme. La respuesta es miedo.
Y es que las personas con éxito en la vida y que hacen su
trayectoria especial son aquellas que arriesgan y a pesar de que estén muy
seguras de sí mismas lo sienten en su estómago o en el pecho. ¿O es que Jesús
Calleja no siente miedo cuando tiene que subir en globo a -38ºC con el riesgo de incendio por la rotura de juntas? ¿Acaso Jorge
Lorenzo, que esté pidiendo que limiten la velocidad máxima de las motos de 1000cc en el GP, no
siente miedo a esa velocidad? Hace poco, alguien que estaba a punto de ser papá me dijo -tengo miendo, mucho miedo. Un buen coach pregunta -¿miedo de qué?- para averiguar qué hay en la
estructura profunda de esta cancelación en el lenguaje.
Por esto cuando sientas miedo en primer lugar puedes
preguntarte, ¿miedo de qué? Y poco a poco sigue
preguntándote ¿específicamente de qué?, y ahora ¿puedes ser aún más
específico? Y no sé hasta dónde eres capaz de entrar en tu estructura más
profunda pero sí sé que a mi me ha ayudado siempre preguntarme ¿y qué es lo
peor que ocurriría si no lo hiciese? ¿Y qué es lo mejor que va a ocurrir cuando lo haya hecho?
Ya estoy volviendo a sonreír cuando recuerdo la
metáfora que usó un gran coach irlandés que me ayudó en el proceso. Él me
preguntó si como mujer cuando estuviese embarazada me atemorizaría el momento del
parto. Yo contesté que sí. Y me dijo - ¿entonces qué harás?¿llevarás para el
resto de tu vida al bebé siempre dentro porque tienes miedo? Yo reí entonces y
estoy empezando a hacerlo de nuevo.
Tengo miedo pero sigo adelante, como Calleja, como los campeones del GP, como todas las personas que han conseguido pequeños o grandes logros en la vida y a pesar del nudo en el estómago y las noches sin dormir... vuelve a amanecer en mi
mundo.
Espero que también en el tuyo.
Paloma