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marzo 06, 2011

ABRAZOS GRATIS

¿No es la sonrisa lo más agradable que puede haber entre dos seres humanos? Si intentas sonreír aunque no sea  el momento mágico en el que parece que la vida se rinde a tus pies tu  estado empieza a cambiar y si además mientras sonríes piensan es un momento bonito o agradable de tu vida, ¡la sonrisa acaba siendo incluso de verdad!

En la plaza mayor de Madrid ofrecen de vez en cuando “abrazos gratis” o al menos los ofrecían el día que yo pasé por allí, y creo que esta iniciativa está extendida en mas ciudades.

Yo lo primero que pensé cuando vi a un chico sosteniendo un cartel en el que ponía “abrazos gratis” y andando hacia mi mientras cruzaba la plaza mayor fue “por favor que no venga a  mi”, ya sabes ese mecanismo que aprendemos para evitar el contacto con otro “ente extraño”…(es ese momento en el que me tengo que recordar que yo soy un ser humano y él es un ser humano y que no hay nada más mágico que la interacción entre dos seres humanos), además pensé;  “¿quién quiere un abrazo de un tipo que no conoce?” y luego a esto añadí un pensamiento reflejo que tienen las personas que trabajan con niños en colegios que es “si se acerca demasiado a mi quizá me pasé los piojos”, porque en los colegios desarrollamos esa creencia limitante de que en todos los pelos de todas las personas seguro que hay piojos.

Así que seguí cruzando evitando contacto visual con alguno de los del contacto físico gratis cuando me tuve que parar y observar qué estaba ocurriendo porque la situación era muy especial. Muchas de las personas que pasaban por allí se acercaban para recibir su abrazo gratis y no sólo, sino que se desviaban de su trayectoria para recibir su momento de gloria que además iba acompañado de abrazo, carcajadas por las dos personas implicadas y un estado de felicidad que se estaba contagiando por toda la plaza mayor.

Me quedé allí, era uno de los momentos más bonitos que se podían observar. Incluso pude ver cómo una pareja que paseaban cogidos de la mano se soltaron, él se desvió para recibir su abrazo de amigote por parte de uno de los “abracistas” masculinos y volvió con una enorme sonrisa a coger la mano de su novia que también reía y siguieron paseando su amor por la plaza mayor. Un grupo de amigas también se desvió y oí como decía una “ahora vengo que voy a por mi abrazo”. ¿No es fascinante?

Aunque yo no recibí mi abrazo gratis estaba contagiada de toda esa felicidad y reía y reía…era un abrazo y estaban haciendo feliz a más personas en una hora de las que yo podría hacer en cualquier curso en los que explico el poder  de la gestión emocional y de los estados positivos.  

Eran abrazos de desconocidos, no es tu pareja, o tu hijo o tu padre o tu amigo quien realiza este gesto gratuito, rápido, accesible para todos.
Así que pensé que si este es el impacto del abrazo de un desconocido…¿cuál será el impacto de  un abrazo de alguien a quién aprecias? Y ¿por qué todos parecemos tener esa necesidad de un momento de cariño, incluso aceptándolo de alguien que no sabemos quién es?

En ese momento me acordé de una pregunta que hace Richard Bandler en sus cursos y que aconseja que te la hagas antes de dormir todos los días ya que el número en la respuesta es proporcional a tu felicidad: “¿a cuántas personas has hecho feliz hoy?”